jueves, 22 de enero de 2009

Historia/s



Las ruedas de mi bicicleta dan brutos saltos cada vez que pasan por encima de las negras tiras embreadas que empalman los bloques de cemento. Pero, si dejamos de lado estas costuras, jamás en la vida anduve en bicicleta por una superficie más lisa.

Cuando estuve del otro lado me tiré en el pasto y me imaginé la expresión en su cara.

Me pego la radio a la oreja y la escucho por un rato. Pero no es lo mismo, de las bandas que me gustan se hasta quién fue su manager. Ahora escucho y algunas incluso me gustan, pero la música sin la erudición, el rito, no me motiva. Está bien, nada más.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ohh
(con sonido descendente)