martes, 27 de enero de 2009

At Ginsberg's

Una vez cuando estaba visitando a Allen en su departamento me preguntó si quería un poco de café. Habiéndole dicho 'si', me sirvió el café en un bol de metal. El bol parecía raro (como un pez perro) pero sin importarme revolví el café para enfriarlo. Enseguida empezó a preguntar 'ya terminaste con eso, man?' mientras yo decía 'no, todavía no' y después de un rato empecé a sentirme incómodo porque el bol parecía importante para el. Cuando por fin dije 'si' lo agarró, tiró el café que quedaba, lo llenó de cereales y se sentó a comer su desayuno. Yo estaba usando su único bol.

-Vinieron los brujos.
-Los de subsuelo o los muertos?
-No importa, trajeron gaseosa.
-De qué?
-Ácido eléctrico. Y Shepard?
-En el Motel, desde Julius mirando la pared.
-Como Charles en Katmandu. Tenés un animal?
-No, tal vez Ignatius o Cassady. En octubre llega el tren de Parker.
-Decile que estoy mareado y tengo miedo.

Tengo miedo de que algunas ideas puedan convertirse en realidad. No me refiero tanto a las ideas, como a lo que las compone. El tema de esas ideas. Como, por ejemplo, podría pensar que me corto accidentalmente la cabeza con una motosierra. Lo veo. Mentalmente. La idea provoca la imagen:
Cabeza volando. Cuello ensangrentado. Ahí estoy. En la calle. Al pie del palo borracho. Sostengo la motosierra. Canta un bicho feo. La motosierra salta inopinadamente y me corta la cabeza.
Sacudo la cabeza: 'No pienses eso! Puede convertirse en realidad'. A veces la idea se va ni bien lo digo. Pero muchas veces vuelve. Y muchas veces vuelve como una nueva versión de la idea original. Como, por ejemplo, ahora vuelve así:
Acá estoy. En el campo. Al pie del palo borracho. Sostengo mi motosierra. Un bicho feo canta a lo lejos. Un aguilucho planea en círculo. Un perro ladra. La motosierra salta inopinadamente y me corta el brazo.
Si, por casualidad, estoy con una motosierra en el momento en que la idea se me cruza por la cabeza, empiezo a tener sentimientos supersticiosos con todos los elementos de la idea que están relacionados con la posibilidad de que me ampute partes del cuerpo. Por ejemplo, si realmente canta un bicho feo. O si un aguilucho planea, o un perro ladra, inmediatamente interpreto estas cosas como malos presagios. Paro la motosierra. Me siento despacio al pie del palo borracho y me relajo. Ahora empiezo a tenerle miedo no tanto a las consecuencias de la idea como a la idea misma. Empiezo a desear que la idea no vuelva. Empiezo a pelearla. Después actúo al revés. Empiezo a animarme a tener esa idea. La invito a venir:
Acá estoy, sentado al pie del palo borracho, invitando a una idea peligrosa. El bicho feo canta. La idea entra. El motor ruge. Sangre, carnicería. Mi cabeza vuela. Me pongo cada vez más tenso. Después me limito a mirar. Como una película. Ahora empieza a actuar diferente. Empieza a portarse bien. La idea se paraliza. Pierde vida. La imagen se borra. La idea desaparece. Quedo ileso. Acá estoy. Sentado. Libre la cabeza de toda idea. Canta el bicho feo. Ladra un perro. Ruge a lo lejos la motosierra.

1 comentario:

Anónimo dijo...

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