martes, 14 de julio de 2009

Klactoveedsedstene



Charlie Parker se parecía a Buda. Charlie Parker que murió hace poco mientras se reía de un chiste mirando la tele, después de semanas de tensión y enfermedad, fue llamado el músico perfecto. Y la expresión en su cara era tan calma, hermosa y profunda como la imagen del Buda representada en oriente: los ojos entrecerrados, la expresión que dice: 'todo está bien'. Eso era lo que decía Charlie Parker cuando tocaba: 'todo está bien'. Uno tenía la sensación de temprano a la mañana, como la felicidad de un ermitaño o como el grito perfecto de alguna banda desenfrenada en una jam session: ¡Wail! ¡Wop! Charlie reventaba sus pulmones para alcanzar la velocidad que sus velozzeros querían y lo que ellos querían era su eterno frenarse. Un gran músico y un gran creador de formas, que finalmente encontró expresión en más y en lo que quieras. Musicalmente tan importante como Beethoven pero no considerado como tal para nada, un gentil director de orquestas de cuerdas frente a las cuales se irguió orgulloso y calmo como un conductor de música en la histórica gran noche mundial, hizo sollozar a su pequeño saxófono, el alto, con claro y punzante lamento en perfecto tono y brillante armonía: ¡Toot! mientras los oyentes reaccionaban, sin demostrarlo, y empezaban a hablar y en seguida el bareto entero bailaba y hablaba y todo el mundo hablaba y Charlie Parker los soplaba hasta el borde de la eternidad con su cetro irlandés de San Patricio. Y como la cerveza sagrada burbujeamos y chapoteamos en las aguas de la matanza y la carne blanca y morimos, uno tras otro en el tiempo. Y que dulce historia es cuando se la escuchás contar a Charlie Parker, sea en discos o en sesiones o en reuniones oficiales en clubes: inyecciones en el brazo para la billetera, lleno de júbilo soplaba la flauta perfecta. Como sea no hace diferencia. Charlie Parker perdoname, perdoname por no contestar a tus ojos, por no haber hecho un gesto a partir del cual pudieras crear. Charlie Parker rezá por mí, rezá por mí y por todos. En los nirvanas de tu mente donde te escondes, indulgente y enorme, ya no Charlie Parker sino el impronunciable nombre secreto que lleva consigo mérito que no puede ser contenido desde acá hasta arriba abajo este u oeste. Charlie Parker, sacá la maldición de mí y de todos.

3 comentarios:

carolina dijo...

esto es que vos tradujiste lo que dice kerouac arriba?

qué linda esta melanc

Aminoeh dijo...

see y me costo un peru traducirlo. en internet lo que encontre en castellano es un mierda y me puse a hacerlo yo.

melanc?

carolina dijo...

groso.

(melancolía)